Consejos para prevenir un timo

Consejos prácticos para prevenir un timo:

1) Pídele que te enseñe documentos que comprueben su identidad. Estúdialos cuidadosamente.
2) Muchas veces los estafadores no traen ninguna identificación. Y si tienen alguna, estudiándola bien, puedes darte cuenta de que es falsa.
3) En caso de pertenecer a una organización, si no la conoces, pregunta por su funcionamiento y ubicación, si no te suena desconfía.
4) Cualquier organización cuenta con una línea telefónica fija. Si solo te proporcionaron un número de móvil o se niegan a dártelo, lo más probable es que sea un estafador.
5) Ignora todas sus invitaciones para actuar inmediatamente.
6) Desconfía siempre del dinero fácil, podría ser un timo.
7) Rehúsa la venta ambulante, el ofrecimiento de flores u otros objetos.
8) Huye de los juegos de azar, lecturas de manos, la mendicidad y otras actividades que se pueden llevar a cabo en la calle.
9) No lleves grandes cantidades de dinero en metálico en el bolsillo.
10) Si vas a sacar dinero del cajero tapa el teclado cuando marques el número

Ante la duda de un posible timo, pónganse en contacto con la Policía Local, Tel. 962455233
* Recuerda, las revisiones de gas y la venta de suministros de luz a domicilio están prohibidas en la Comunidad valenciana.

TIMOS MÁS FRECUENTES EN LA CALLE

El timo de la estampita
La víctima es abordada por una persona estafadora que finge tener discapacidad intelectual y que le enseña un sobre lleno de billetes diciéndole que son estampitas. En ese momento se acerca una persona cómplice y convence a la vÍctima para que juntas engañen a quien tiene los billetes ofreciéndole una pequeña cantidad de dinero por sus estampitas. Después de entregar el dinero, la vÍctima recibe el sobre, pero cuando lo abre, en lugar de encontrarse los billetes, encuentra recortes de papel. Para entonces, las personas estafadoras ya están demasiado lejos y la vÍctima ha perdido su dinero.

Timo del Tocomocho
La estafa suele desarrollarse en lugares de tránsito (estaciones, cajeros, etc.) Una persona se te acerca con un billete de lotería premiado y que por las prisas no puede cobrar. El amigo quiere vendértelo por mucho menos del premio que contiene. Para dar mayor credibilidad interrumpe otro aparente transeúnte (gancho) que suele afirmar la autenticidad del premio exhibiendo un listado de boletos premiados en un periódico antiguo. La víctima accede a aportar la cantidad del dinero premiado y cuando va a recuperarlo a la ventanilla de la lotería comprueba que el billete es falso.

Timo de las inversiones que te hacen millonario
El timador se hace pasar por un experto corredor de bolsa e informa a la víctima confidencialmente de que tiene información privilegiada sobre ciertas compañías que van a subir en Bolsa. Suelen ser personas persuasivas y con grandes dotes de comunicación, y en los que las víctimas terminan confiando todos sus ahorros. Una vez que se ha depositado en ellos el dinero puede ocurrir que el timador desaparezca o que las inversiones no se correspondan con lo pactado y la compra real de acciones sea muy inferior al dinero aportado.

Timo del atropello
El timador se abalanza sobre un coche en un semáforo o paso de cebra y finge haber sido atropellado. El asustado conductor, generalmente una persona mayor, se baja para socorrer al timador, que consigue una suma de dinero para evitar la denuncia. A veces, un segundo estafador, aprovecha el nerviosismo de la víctima para sustraerle la cartera o robar en el interior del automóvil.

Timo de la mancha
Tiene lugar en la calle y los autores suelen ser dos o tres carteristas. Uno de los timadores se acerca a la víctima potencial y le lanza sobre la ropa de forma descuidada una sustancia que manche. El momento de la sorpresa es aprovechado por otro timador para acercarse a la víctima y ofrecerse a limpiarle la mancha, momento que aprovechará para sustraerle la cartera.

Timo del duplicado de la banda magnética
A pesar de que las entidades financieras cada vez protegen mejor las actuaciones en sus cajeros automáticos, los delincuentes siguen ingeniándoselas para obtener duplicados de las bandas magnéticas de las tarjetas. Estos casos requieren de técnicas muy sofisticadas y, por lo tanto, proporcionan beneficios más jugosos.
Las víctimas poco pueden hacer, ya que a menudo los timadores duplican a la perfección los sistemas de los bancos de manera que a los usuarios les resulta casi imposible detectar el fraude hasta que han sido víctimas del mismo.
Ante cualquier sospecha, lo más conveniente es evitar usar ese cajero y comunicarlo al banco para que compruebe una posible manipulación.

Timo del billete marcado
Se suele llevar a cabo en cafeterías o tiendas. El primer timador paga con un billete grande de 50 euros, y minutos después, un segundo timador, entra y paga con un billete de 10 euros. Al recibir las vueltas, asegura que le han dado mal el cambio y comienza la discusión.
Al llegar el encargado, el timador recuerda que en el billete había anotado un número de teléfono, una dirección o la marca que hubiera puesto previamente. Se comprueba en caja y el dependiente aturdido, entrega la vuelta de 50 €, pues efectivamente el billete está allí.

Timo de la venta piramidal
Este fraude pretende hacer de la víctima un vendedor de un producto exclusivo y mucho más caro que los que con ese mismo fin existen en el mercado. El negocio que proponen los timadores no es que la víctima venda los productos directamente si no que capte a más personas para que vendan y éstas a su vez a otras más, prometiendo un porcentaje de los beneficios que generen todas ellas.

El instalador
Los estafadores se personan en el domicilio de la víctima. Van vestidos con mono de trabajo. Se presentan diciendo que son trabajadores de la empresa instaladora del gas y que vienen a realizar una revisión de la instalación. Aparentan realizar varios trabajos técnicos; normalmente, se limitan a cambiar un trozo de manguera del gas. Finalizado el trabajo extienden una factura. Cuando la víctima comenta el caso con otras personas comprueba que ha sido estafada por falsos instaladores que aplican precios abusivos.

El desahuciado
Suele cometerse mediante la visita al domicilio de la víctima. El estafador se hace pasar por una persona que se encuentra en graves apuros económicos, con graves problemas familiares; si es mujer dirá que ha sido abandonada, que tiene muchos hijos, etc. En todo caso trata de afectar la sensibilidad de la víctima. Al final, el estafador explica que para poder subsistir está procediendo a liquidar sus objetos más preciados. En ese momento exhibe un objeto personal (reloj de pulsera de una marca muy cara, collar, sortija, etc.) diciendo que es una joya preciosa, muy valiosa. Ofrece el objeto a cambio de un precio muy bajo en comparación a lo que dice que vale. Cuando la víctima accede a la compra del objeto comprueba que es una baratija.

Timo de las participaciones de lotería
Los estafadores venden participaciones de lotería incrementadas con un donativo para cualquier fin altruista de un número que además no poseen.

Los trileros
La estafa consiste en incitar al público a participar, mediante apuestas de dinero, en juegos de habilidad que, aparentemente, permite grandes posibilidades para el que participa y que se ofrecen en plena vía pública, sobre una pequeña mesa. El juego más utilizado consiste en descubrir en qué lugar se esconde una bolita que es tapada por una chapa o vaso. Para que el juego parezca más fácil, en torno a la persona que mueve las chapas o los vasos (el que dirige el juego), hay uno o varios falsos jugadores (ganchos), los cuales ganan dinero fácilmente de acuerdo con la persona que mueve las chapas. Al principio, se deja ganar a la persona que inicia el juego, para que, animado por el éxito, juegue una cantidad importante. La mano es más rápida que la vista, por lo que cuando la cantidad es importante, la víctima pierde irremisiblemente su dinero. Es frecuente en ferias y mercadillos.

El timo del abrazo cariñoso

El robo mediante el «abrazo cariñoso» suele tener como protagonistas a ciudadanos de origen rumano o de países del este. Suelen viajar en grupos de dos hombre y dos mujeres, o un hombre y una o dos mujeres, e incluso acompañados de niños en coche.

La forma en que suelen trabajar estos ladrones es escogiendo primero a las potenciales víctimas, prefieren a las que viven en el medio rural, en localidades donde viven personas mayores. Pueden abordar a sus víctimas tanto en la calle como en sus propias casas, solicitando firmas para alguna causa benéfica o relacionada con alguna enfermedad, o bien preguntando por la dirección de un centro hospitalario o de una farmacia. Ahí es donde empieza la técnica del robo, mostrando agradecimiento por la información recibida, la mujer abraza o intenta besar a su víctima al mismo tiempo que le entrega un anillo o un colgante sin valor alguno. Aprovechando el descuido de la víctima, arrebatando a la víctima cualquier objeto de valor que lleve a la vista como pueden ser anillos, colgantes, pendientes, relojes…
Es habitual que las víctimas no se den cuenta del robo, hasta pasadas unas horas, tiempo suficiente para que los ladrones abandonen el lugar y se encuentren a muchos kilómetros.

El timo de las firmas
Una pareja de jóvenes, normalmente de procedencia rumana, espera a que pasen personas mayores por lugares poco transitados, o incluso a la salida del banco aprovechando que vienen de cobrar la pensión, momento en el que las abordan requiriéndoles para que firmen supuestamente en apoyo de «personas necesitadas o niños huérfanos».
Como suele ser habitual estas personas a las que dan el alto no recuerdan el número de Documento Nacional de Identidad, que es requerido por los timadores para la validez de la firma, por lo que una de estas jóvenes se presta a mirar el DNI directamente de la cartera, supuestamente para facilitar el trámite a la persona que altruistamente no duda en firmar para ayudar a los demás. Normalmente cuando una de las jóvenes se hace con la cartera, la otra, se muestra solícita, llegando incluso a abrazar a la víctima de manera efusiva para agradecerle el hecho de ser «tan buena persona», momento en el que la primera aprovecha para arrebatar todo el dinero que hubiese en la cartera.

Timo del lazo libanés
La manera en la que se perpetra es la siguiente: los timadores introducen el llamado «lazo» que suele ser, la mayoría de las veces, una cinta magnetoscópica, generalmente película de cassettes de vídeo o bien el material utilizado en las radiografías, para que el cajero no reconozca la introducción de una tarjeta en el mismo.
De esta manera, la víctima, cuando llega al cajero para realizar cualquier transacción, enseguida comprueba que la tarjeta se ha quedado atascada en la ranura y que no puede operar.
En ese momento, aparece uno de los timadores, haciéndose pasar por buen samaritano y ofreciéndole ayuda. Le facilita su teléfono móvil y le dice que se comunique con la sucursal bancaria para que allí le ayuden».
Al otro lado de la línea se encuentra el segundo timador, que le pide a la víctima que marque ocho cifras en el teléfono; las últimas cuatro deben de ser las del número de seguridad de la tarjeta de crédito.
Cuando se ha realizado esta operación, la víctima contempla con estupefacción que, pese a todo, la tarjeta de crédito no es devuelta por el cajero, así que finalmente abandona el lugar, momento en el cual los timadores aprovechan para recoger la misma y utilizarla, al conocer el código de acceso a la misma.

La silicona
Menos artesano y complicado que el anterior, consiste sencillamente en introducir cualquier tipo de objeto que obture la salida de dinero del cajero automático.
Una vez que el usuario, desesperado, abandona el cajero automático, los estafadores aprovechan para desbloquear la terminal y sacar el dinero.

Regalos y premios
El usuario recibe una llamada, una carta o un e-mail donde se le informa que ha ganado un sorteo o que una empresa ha decidido hacerle un regalo. Para más información, una línea 906. La llamada a este número puede tener varios resultados: una convocatoria a una presentación comercial donde se intentará que el usuario compre un producto, cuya asistencia es indispensable para recibir el regalo; la explicación de que el regalo consiste en varias noches en un hotel o apartamento, pero con la condición de abonar la comida o unos supuestos gastos de gestión; la confirmación de un fantástico regalo, del que únicamente habrá que pagar unos gastos de envío sospechosamente altos; e incluso un largo mensaje grabado que avisa de que todas las líneas están ocupadas.