Alzira cierra el ejercicio 2017 con 3,8 millones de euros de superávit

• Reduce notablemente la deuda con los bancos
• Baja el período medio de pago a proveedores

Alzira 28 de febrero de 2018.- El Ayuntamiento de Alzira ha cerrado el ejercicio 2017 con un superávit de 3,8 millones de euros, de los cuales podrá destinar cerca de 1,4 millones a financiar inversiones durante 2018, de acuerdo con el actual marco legal que regula los presupuestos municipales.

A este buen resultado se añade la disminución de la deuda contraída con los bancos que, al comienzo de la legislatura en junio de 2015, se situaba en más de 16 millones de euros pendientes de pago, para situarse al final del pasado ejercicio en 10,3 millones de euros. De hecho, en 2017 el Ayuntamiento ha realizado amortizaciones anticipadas de préstamos por más de 1 millón de euros, que ha representado un ahorro de cerca de 110 mil euros en intereses para las arcas municipales.

El concejal de Hacienda, Albert Furió, señala que el esfuerzo realizado en la mejora de la eficiencia y la economía en la gestión es lo que ha permitido disminuir significativamente el endeudamiento municipal, junto a la reducción de los impuestos: los alzireños verán este año rebajados sus recibos de contribución urbana en un 2%, los recibos de la contribución rústica en un 10% y los comercios y empresas se benefician ya de la eliminación total de la tasa de estiércol.

Además, el Ayuntamiento ha mejorado sus datos, por lo que respecta al período medio de pago a los proveedores municipales, que se ha reducido a menos de 25 días desde que tiene entrada la factura en el Ayuntamiento, mientras que la media estatal en los municipios es de más de 90 días según las datos del Ministerio de Hacienda y Función Pública. «Se trata de una muestra más del compromiso de este equipo de gobierno con el rápido pago a los proveedores de nuestra ciudad», asegura el concejal de Economía y Hacienda.

Con respecto a los presupuestos del actual ejercicio, Furió indica que «se articulan en torno a dos ejes: incidir en las políticas centradas en las personas, y facilitar la actividad económica para generar riqueza y ocupación».

El destino del superávit sigue a la espera de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. «El gobierno central es muy estricto con el destino del superávit, que nada más puede ir a inversiones financieramente sostenibles. De esta manera nos recorta la autonomía local y penaliza e impide a que destinemos ese dinero a políticas que llegan directamente al ciudadano, como pueda ser el fomento del empleo», afirma Furió.