Desde la Concejalía de Servicios Urbanos se han revestido los bajos de treinta y tres farolas con unos protectores especiales que contienen varios componentes para la elaboración del plástico.
La finalidad es la de proteger la base de las farolas, muy castigada por las constantes deposiciones de la orina de los perros, que acaba ocasionando corrosión de la chapa de acero, lo cual provoca un peligro si la farola acaba cayendo a la vía pública. Para evitar esta circunstancia se han reforzado las bases de varias farolas, recubriéndolos con un elemento que evita que la orina desgaste el acero, y por consiguiente afecto la estabilidad de la farola.
En esta nueva fase de mantenimiento de las farolas se ha actuado en las calles Pere Esplugues, Esperança, San Salvador, Massalavés y Pare Pompili.
«Con esta acción protegemos, por un lado, las farolas que todavía no han sido afectados por la erosión y, por el otro, reforzamos aquellos que muestran un avanzado desgaste a su anclaje para evitar que acaben cayendo. Continuaremos en sucesivas fases actuando en más farolas del casco urbano, aunque quiero aprovechar para realizar un llamamiento a los propietarios de perros para pedirlos que contribuyan al mantenimiento de las farolas en la vía pública intentando evitar que el perro deposite la orina en la base de las farolas», ha declarado el regidor de Servicios Urbanos, Fernando Pascual.